viernes, 11 de enero de 2008

Mis juegos, mi hobby (part two)


(La primera parte está aquí)


Obviamente el que yo pensase que quince mil pelas de entonces no era mucha pasta, o al menos no mucha comparada con el dineral que yo pensaba que esta máquinas costaban, no quería decir que a mis padres le pareciese lo mismo, por lo que por aquel entonces no hubo NES, por no decir que al llegar reyes tampoco pedí que me trajesen una, ya que en aquella época estaba bastante viciado con los GIjoes y el seis de Enero amaneció mi casa llena de muñequitos de éstos (y supongo que de haberla pedido tampoco me la hubiesen traído porque con quince mil pelas de entonces se podían comprar unos reyes muy decentes y montones de muñecos, en cambio una consola hubiese sido un regalo único, la verdad, es que mirándolo con perspectiva lo preferí así). De todas maneras aquellos reyes contaron con un regalo muy especial, que digamos, ya marcó mi vida de ludópata para siempre: una hand-held o game-watch o como se le quiera llamar de GIjoe y una de Pacman que se quedó mi hermano. Recuerdo que pasemos multitud de horas enganchados a aquellas máquinas, que por cierto, también habíamos querido tener siempre una, marca de status en las excursiones del colegio y que diferenciaban al más popular del autobús –rodeado de gente que le pedía su maquinita- del menos popular –que pasaba el viaje mirando por la ventanilla-, no se cuántas horas de vicio fueron, pero la verdad es que fueron muchas.

Hoy en día los niños llevan al cole sus DS y Pesepés, pero no siempre fue así, sus antecesores en excursiones y patios de colegio eran las más limitadas LCD que con sus arcaicos muñequitos nos hacían pasar horas y horas viciados


Como detalle por aquella época también recuerdo que un tío mío me invitó a su casa –cosa rara puesto que nunca he tenido prácticamente relación con mi familia- para jugar a una consola rectangular que tenía, cuyo nombre –aunque en aquella ocasión no me quedé con él- era Master System, recuerdo que jugué a un título de motos que llevaba en memoria (mítico Hang-on) y a uno de volleyball bastante divertido. Pero esto tampoco fue muy decisivo en mi vida de jugón.

Sí...pero no, o almenos, no aun


El punto de inflexión en mi vida videojueguil vino gracias a una gripe. Todos los miembros de mi familia la pillaron y por tanto, nos quedamos en casa sin ir al colegio, por lo que para pasar el tiempo me enganché en exceso a las hand-held de Pacman y de GIjoe, hasta tal punto que volvió a venir a mi cabeza la NES del precio justo y mis ansias por tener una fueron en aumento, calentando la cabeza a mi padre continuamente para que por favor me comprase una. Como mi padre también estaba en casa debido a la gripe soportar a un niño de once años repitiendo “cómprame una Nintendo, cómprame una Nintendo” continuamente no se le hizo fácil, por lo que al final haciendo un esfuerzo económico que le agradeceré toda la vida, accedió a comprarme la
consola.

Ibas a ser mía puñetera


Así fue como una vez que se pasó la gripe, una tarde de miércoles creo recordar, nos llevó a un bazar que había cercano a casa –el mítiquísimo Bazar Japón de mi ciudad- para comprarme una consola. Al llegar allí le preguntemos por la Nintendo y la dependienta nos dijo, que por desgracia, no le quedaban. Recuerdo que los juegos los guardaban en cajas bajo un mostrador e incluso nos los sacó para enseñárnoslos (de nuevo estaba allí “Las aventuras de Lolo”), pero también nos dijo que tenía otro modelo, de otra marca que también tenía muchos juegos, una tal Master System. La mujer se ofreció a enchufarla para que la viésemos si no estábamos muy convencidos por lo que accedimos, y allí, descubrí un mundo: La primera vez que escuché la musiquilla de Alex Kidd (que era el nuevo juego en memoria en lugar de Hang-On), que lo vi saltar, dar puñetazos a los pajarracos, todos esos colores (¡más que la Nes que iba a buscar!), esa rapidez. No miento si digo que en aquel momento aquello me pareció una máquina recreativa, no tuvo que enseñar más. “¿La quieres esta?¿No quieres esperar a la otra?” “Nonononononoéstaéstaésta”. La mujer volvió a guardar la consola en la caja y además nos enseñó los juegos que tenía la máquina –sacados de una caja de cartón de debajo del mostrador también. “Hay juegos más baratos, de dos mil pesetas” debió decir la mujer para que mi padre además, decidiese comprar un juego a parte. Recuerdo rebuscar en la caja y que se me quedasen marcados algunos de los títulos que más tarde se convirtieron en clásicos: E-Swat, Shinobi, Ghostbusters….mis primeros contactos con los que más tarde se tornarían clásicos.
El juego que escogí fue una pequeña maravilla llamada “Action Fighter” un juego mezcla de carreras y shot’em up, de vista aérea en que empezábamos llevando una moto que al recoger power ups se transformaba en coche y avión para acabar las fases enfrentándonos a enemigos en el aire. El juego era la caña, pero también muy difícil.

OMFG


Recuerdo el camino a casa como si fuese ayer, atravesando las jardineras y el césped de un parking ya desaparecido, acompañando a mi padre a comprar unos recados con las ansias de conectar la maleta que llevaba en las manos balanceándola y ponerme a jugar a aquellas maravillas que había visto en el bazar, recuerdo el momento de llegar a casa y conectar la máquina en una pequeña tele de catorce pulgadas que nos habían regalado al comprar una enciclopedia (qué clásico ¿verdad? ¿Darán aun regalos por comprar enciclopedias?), sintonizar el canal y conseguir ver la consola en marcha dos minutos antes de cenar, cenar en dos minutos y volver a la habitación para jugar.



Desde luego, uno de los mejores días de mi vida, y desde aquel momento, ya no hubo vuelta atrás. Ludópata para siempre.

Continuará.

3 comentarios:

  1. Yo soy del 85, y la consola que me abrió la vista a un nuevo mundo fue la Megadrive. Madre de Dios, aunque recuerdo la primera vez que jugué al primer Sonic.

    ¡¿Que grande (ERA) SEGA!

    A la Megadrive le siguieron una PSX, Dreamcast, PS2, GameCube y ahora una X360. En cuanto a portátiles una PSP y una DSLite.

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  2. Yo soy del 78, y aunqu eme inicié tarde en los videojuegos, mi primera máquina fué un Spectrum 128k, que funcionaba con cassettes. Después me compré una super nintendo con mis ahorros, alucinando con los gráficos del Castlevania, el Street Fighter 2 y el Super Mario Bross (los juegos que mas he disfrutado en mi vida). Tuve también una Megadrive, una Game Boy, PSX (flipando de nuevo con otro Castlevania), Dreamcast, PS2, Neo Geo (unos días por curiosidad) y mis actuales Xbox 360 y NDS Lite (una joya de máquina).

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  3. También tuve la XBOX... se me olvidó :P

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