viernes, 10 de julio de 2009

Análisis Overlord Dark Legend -Wii-

Overlord Dark Legend es la versión para la sobremesa de Nintendo de la serie Overlord existente para PC-PS360, que en este caso no se trata de un port downgradeado del juego, si no de una versión hecha específicamente para Wii y que cuenta con un argumento totalmente nuevo y exclusivo.



Gráficamente el juego está lleno de altibajos, por un lado nos encontramos un título rico en cuanto a geometría en los modelados, escenarios y elementos rompibles en estos, multitud de detallitos como la hierba a nuestros pies, efectos como el self-shadowing, efectos de niebla volumétrica (o algo que se le parece), interesantes efectos de fuego en las antorchas, buena iluminación y muchas otras cosas de las que no estamos acostumbrados a ver en la máquina. Por otro lado nos encontramos que el juego corre a una tasa de frames bajísima ya que parece que el motor utilizado no puede con todos esos efectos y objetos en pantalla, en algunos momentos cuando llevamos a veinte esbirros tras nuestro y entramos en una zona llena de enemigos y objetos y nos ponemos a romperlos el juego puede llegar a ir a cámara lenta. Además, el título cuenta con un popping en escenarios bastante acusado y esos detallitos que mencionábamos como la hierba a nuestros pies aparecen a dos pasos delante nuestro. Además, la variedad de texturas en algunas zonas se mezcla con texturas de calidad paupérrima en muchos elementos.



En el aspecto sonoro hay que destacar ante todo la falta de doblaje al castellano de los personajes, cosa que no sería tan grave si además, el doblaje inglés no estuviese hecho con un acento inglés 100% (vamos, el de la patata en la boca) que hace que aunque dominemos el idioma se nos escapen algunas palabras a causa del acento tan rimbombante de los personajes. Además, los NPC no hacen más que repetir una y otra vez la misma frase cuando estamos a su lado pudiéndola llegar a repetir más de veinte veces en un solo minuto.
En cuanto a música, aunque las composiciones no son del todo malas están relegadas a un segundo plano y pasan totalmente desapercibidas, los efectos sonoros además son escasos y se echan en falta en cosas tan simples como recoger ánima de los enemigos caídos o recoger el dinero.
Voces, efectos y música dan la impresión de no estar nada bien implementados entre ellos.



En el apartado jugable es de agradecer que el control se haya adaptado al mando de Wii y no nos encontremos con el típico shake-shake para dar espadazos, si no que las posibilidades del wiimote se han aprovechado con buen gusto y el hecho de tener un puntero en pantalla para dirigir a los esbirros es de agradecer. Por desgracia la IA de éstos no es muy buena y muchas veces se atrancan o ignoran nuestras órdenes.
En cuanto a la cámara nos encontraremos con que vamos a tener que apretar tantas veces el botón de centrado de ésta como por ejemplo el botón de atacar, ya que no está nada bien trabajada y no ofrece un buen plano automático de la acción.



En cuanto al juego, aunque es divertido y ameno tiene unos cuantos fallos a destacar: El primero, su facilidad, es un título demasiado fácil y lineal, en las dos primeras horas ya contaremos con una ingente cantidad de dinero y ánima que hará que no tengamos ninguna dificultad durante todo el juego, podremos llevar a nuestros esbirros mejorados al máximo al poco de empezar y disponer siempre de la mejor armadura y arma del juego lo que lo convertirá en un paseo, más aún teniendo en cuenta que ningún enemigo nos pondrá en aprietos, ni tan solo los bosses, que muchos de ellos no nos durarán ni un minuto a nuestras manos. Además, el titulo carece de puzzles ni nos obliga a revisitar zonas en busca de objetos que nos hayamos dejado, porque simplemente, no nos dejaremos nada.
El segundo fallo es que, aunque el titulo es un buen juego, es un mal Overlord. En ningún momento nos encontraremos con las elecciones típicas de la saga de hacer el “bien” o el mal, ni ningún tipo de alineación, ni podremos matar aldeanos, ni arrasar los poblados como en otras entregas de la saga y al poco nos veremos haciendo misiones de acompañar a borrachos a casa o romper calabazas podridas y nos cuestionaremos si realmente somos el señor del mal. Además, en esta entrega no podremos arreglar el castillo del Overlord como sí hacíamos con la torre o el averno en las entregas anteriores. Todo esto, junto a la excasísima duración del título -unas ocho horas en nuestra primera partida- hacen de este título una entrega simplificada y demasiado fácil de la saga.



En definitiva, este juego sufre el mismo síndrome de muchos juegos Wii: Aunque los desarrolladores tengan ganas y se esfuercen en sacar partido a la máquina, la falta de presupuesto y tiempo hace que salga al mercado un título sin pulir técnicamente además de corto, lo que sumado a la inexplicable simplificación del juego en cuanto a excesiva facilidad y falta de opciones hace que esta entrega exclusiva de Overlord no cumpla las expectativas.
Aún así, se trata de un juego muy divertido y adictivo que hará que pasemos por alto estas carencias y lo disfrutemos siempre que seamos capaces de no querer compararlo con las versiones de PC-PS360.

Nota: 6,5

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