Hace exactamente tres
años, en un día como hoy, dedicaba una entrada de mi blog a mostrar
el vídeo de una nueva aventura gráfica que se empezaba a dejar ver,
sin mucha repercusión en los medios, por ferias del sector. En
aquella ocasión le mandaba mis mejores deseos al juego al ver lo
hermoso, tanto visual como sonoramente, de su apuesta. También
deseaba su aparición en los sistemas de descarga digital de
Microsoft y Sony. Me alegra mucho ver, todos estos años después, la
trayectoria que ha tenido el juego, ganándose un rincón entre el
corazón de los amantes de las aventuras gráficas y todos aquellos
que sin serlo, le han dado una oportunidad y han hecho que
Machinarium sea algo más que un juego que pasa sin pena ni gloria
por las ferias. Me alegra ver, que en gran parte, mis buenos deseos
para él se han acabado cumpliendo.
Aprovechando que hace
poco he tenido por fin la oportunidad de jugarlo de principio a fin
en su versión para Playstation 3, presento el análisis del juego
para intentar que todos aquellos que no lo han probado todavía, se
animen a hacerlo.
Las sensaciones de jugar
Machinarium son bastante curiosas, cuando uno acaba el título no
tiene la impresión de haber estado jugando una aventura gráfica,
más bien nos deja en el paladar el mismo regusto que ver una
película de animación como las que se hacían antaño, de esas que
uno se encontraba en la televisión en los años ochenta y que no
tenían miedo a innovar y presentar conceptos visuales y sonoros
originales y arriesgados. Gracias a su estilo narrativo y visual
Machinarium no provoca esa pereza mental que las aventuras gráficas
conllevan consigo al pensar en rejugarlas, volver a jugar a
Machinarium es como desempolvar un viejo VHS de una película de
animación para dedicar unas horitas a revivir una experiencia única
¿Cómo logra el título de Amanita Design transmitir esta sensación
al jugador? Lo primero de todo, gracias a su estilo visual diferente.
Todo en Machinarium está dibujado a mano, olvidemos los polígonos,
los renders, los sprites realizados con pixel art...En Machinarium
cada pantalla es una bonita ilustración de esos cuentos infantiles
de antes que no tenían miedo de presentar estilos visuales
transgresores a los niños, que no subestimaban su mente ni
necesitaban tratarlos como a idiotas, esos estilos visuales
polivalentes que funcionaban con críos, adolescentes y adultos y
donde el apto para todos los públicos cobraba su verdadero
significado. El estilo visual de Machinarium simplemente conecta con
el jugador evocando esos recuerdos de libros y películas de la
infancia ya olvidadas.
Su narrativa es otra de
las cosas que hacen que Machinarium se haga tan accesible y amigable
tanto para el fan de las aventuras gráficas como a aquellos a los
que, por norma general, les aburren. En Machinarium no hay textos, ni
diálogos, al menos, no al uso. No tenemos que tragarnos y leer parrafos de texto, ni seleccionar la mejor opción de una conversa, ni
buscar pistas entre líneas...En este juego todo es visual, cada vez
que necesitemos una pista aparecerá un bocadillo con una animación
que explique la situación, que nos indique lo que tenemos que hacer
o que muestre un poco del trasfondo de la historia, el origen de los
personajes y las relaciones entre ellos, todo de forma muy visual,
sencilla, amena y simpática nunca resultando cargante para el
jugador pero sí muy divertida y amena, no importando en el caso de
querer rejugar el título, tener que volver a verlas al contrario de
lo que ocurriría en una aventura gráfica al uso. Su interfaz,
además, es muy sencilla y accesible, es fácil desenvolverse por el
juego incluso utilizando el control analógico de Ps3.
Pero todo esto se
quedaría cojo si no fuese gracias al gran trabajo de Tomas Dvorak,
el autor de la banda sonora del juego, responsable de las preciosas y
sobretodo mágicas melodías con las que nos deleita cada pantalla
del juego y que ayudan a crear ese aura especial que tiene todo el
juego. Temas como Mr. Handagote o The Bottom (quizás mi preferido de
todo el juego) tienen algo especial, que trascienden más allá del
juego y que transmiten sentimientos de melancolía y nostalgia que
nos hacen trasladar a momentos pasados de nuestra vida que quizás
nunca tuvieron lugar.
No puede decirse que Machinarium sea un
juego precisamente largo -aunque esto quizás sea más una virtud que
un defecto puesto que ayuda a crear esa sensación de “película
que siempre apetece volver a ver” que comentamos- , aunque también
es verdad que, aunque en ningún momento del juego nos vemos
abrumados llevando una ristra de objetos en nuestro inventario o con
gran cantidad de localizaciones a las que ir de golpe, sí que cuenta
con algún que otro puzzle rebuscado que nos puede hacer pasar buenos
ratos atascados sin saber bien qué es la próxima acción que
debemos realizar para seguir avanzando. Aún así, el juego cuenta
con un sistema de pistas, genialmente ilustrado, que nos permite, en
caso de estar totalmente bloqueado, seguir avanzando y disfrutando de
la experiencia que es el juego.
Lo mejor:
-Machinarium es esa
película que siempre nos apetece volver a ver hecha juego, ese VHS
que de pequeños no parábamos de ver una y otra vez hasta dejarlo
desgastado.
-Visualmente es una
pequeña maravilla. No se trata de lo bien dibujado que esté, o de
lo bien utilizado que pudiera estar el color de cada escenario, si no
de su estética, de tener una personalidad propia bien marcada y
definida, de no dejarse llevar por tendencias o un savoir faire
determinado.
-Musicalmente es precioso, especial, casi único e incluso, sonoramente, aunque no tiene muchos efectos de
sonido, éstos, al igual que el resto del juego tienen mucha
personalidad.
-El interfaz de usuario
es cómodo y sencillo a la vez que extremadamente funcional. El juego
no necesita más de lo que presenta.
-Es cortito ¿Eso es
bueno? Sí, porque siempre podremos encontrar un ratito para revivir
el juego.
-El estilo narrativo del
juego es rápido, dinámico, claro y sobretodo muy divertido. Chapeau
para Amanita Design.
-Josef y su chica son
adorables...La banda robot es adorable, el vigilante con su mascotita
robot es adorable...Hasta los malos son adorables.
-Me alegra mucho que el
juego haya ganado buena parte de la fama que se merece y no haya sido
un título que cayese en el olvido y pasase sin pena ni gloria.
Lo peor:
-Algunos objetos estan
bastante camuflados por el escenario, no es que pidamos que se nos
señalicen estos con flechas de colores, pero es de agradecer que si
no superamos un puzzle sea porque no damos con la solución, no por
dejarnos un objeto que no hemos visto por ahí.
-El puzzle de ganar al
robot de la taberna al cinco en raya, simplemente lo odio.
-El final es muy meh,
pero en Machinarium no es tanto el final si no el camino que
recorremos para llegar a éste.
Nota: 8.5
Muy bueno el análisis, describes muy bien todo lo que hace grande a este juego.
ResponderEliminarSigo sin estar de acuerdo con lo de la rejugabilidad y lo de que sea como ver una peli, pero bueno xD. ¡¡Te has olvidado mencionar que los puzles son terriblemente ingeniosos!! :P
Buenas!
ResponderEliminarGenial análisis! Como dices, es un juego muy especial.
Yo no tengo consolas de esta generación, pero lo estoy jugando cada 15 días más o menos con mi cuñado en una PS3 y te deja unas sensaciones geniales, pensando entre los dos que hacer cada vez, y ese dibujo tipo aventura de PC o Amiga le da un toque personalísimo que queda perfecto.
La semana pasada pasamos un buen rato con el 5 en raya, y ahí andamos...me encanta!
Un saludo!