Parece que en esto del
mundillo de los juegos para móviles existen dos tendencias o dos
formas diferentes de hacer juegos: Por un lado, aquellos títulos de
mecánica simple y apartado visual sin muchas pretensiones,
jueguecillos al estilo flash y de un presupuesto más o menos modesto
de los que serviría como ejemplo el tan conocido y cacareado Angry
Birds, y por otro, aquellos títulos que intentan emular y traspasar los títulos
que aparecen en consola a los dispositivos móviles, con apartados
gráficos más grandilocuentes pero con mecánicas que, debido a lo
frustrante de los controles táctiles, acaban fracasando. Este
último caso lo podríamos ejemplificar con los títulos
que tanto Gameloft o Capcom Movile suelen sacar. Infinite Blade viene
a demostrar que ambas perspectivas no tienen por qué estar
enfrentadas y que se pueden unificar para mostrar, de forma ejemplar,
lo que un juego de móviles debiera ser.
Infinity Blade es
brutalidad visual, sonora y jugable. Es un título que se adapta al
medio al que va destinado como anillo al dedo y no intenta
ni traspasar un estilo jugable que no se adapta bien al sistema en el
que corre ni tampoco descuida su apartado visual resguardándose tras
una mecánica jugable directa y adictiva.
La premisa del título es
simple y a aquellos que hayan jugado a títulos como el clásico
Punch Out les resultará familiar ya que la mecánica es
prácticamente calcada teniendo que enfrentarnos contra varios
oponentes en peleas uno contra uno donde nuestra lista de acciones
está muy delimitada y guiada por el juego sin llegar a tener en
ningún momento un control total sobre el personaje, el cual está
restringido a un puñado de movimientos: Lanzar mandobles con la
espada a través de deslizar el dedo por la pantalla, esquivar las
acometidas enemigas hacia derecha o izquierda, bloquear los golpes
con nuestro escudo o bien desviar los ataques contrarios con nuestra
espada. Cierto es que hay otras opciones como lanzar magias o
rellenar una barra que permite aturdir al rival durante unos segundos
(como las estrellitas del ya mencionado Punch Out), pero no son
elementos que modifiquen en demasía la simpleza y dinamismo de las
batallas. Cada pelea con nuestro rival constará de tres fases -o
rounds- donde éste irá ejecutando movimientos nuevos, cada vez más
rápidos o más confusos a la hora de evitar.
La gracia del juego,
además de lo divertido de sus batallas, radica en el planteamiento
de la historia. Cada vez que recorremos el juego encarnamos a un
hijo del anterior personaje que hayamos controlado con la misión de
llegar hasta la cima del castillo, pudiendo optar por diferentes
rutas para ello, y vencer al Rey Dios que nos espera sentado en su
trono dispuestos a partirnos la cara, matarnos y hacer que nuestro
descendiente jure venganza, volviendo así al principio del juego.
Cada vez que iniciemos una nueva “estirpe” (partida) nuestro
personaje conservará todo su equipo, objetos y nivel, siendo así
cada nuevo hijo del anterior héroe más poderoso que su padre y con
más posibilidades de conseguir la venganza generacional tan ansiada.
Y es que si algo tiene
Infinite Blade es equipamiento para conseguir. La lista de cascos,
armaduras, anillos, espadas y escudos es muy grande y sobretodo,
cara, provocando que si queremos conseguirla toda y subirla de nivel
debamos pasar multitud de horas enganchados en nuestro dispositivo
venciendo enemigo tras enemigo y recorriendo el castillo una y otra
vez. Cada vez que derrotemos a un enemigo conseguiremos experiencia
que nos permitirá tanto aumentar nuestra vida, fuerza, magia...Como
subir de nivel este equipamiento que vayamos comprando en la tienda.
Sobre su apartado
gráfico, poco se puede decir que no se haya dicho ya en multitud de
medios. El trabajo realizado por Chair es impresionante, ya no sólo
por la calidad gráfica, sus modelados y efectos si no porque incluso
artísticamente el resultado es muy bueno. El entorno del castillo,
aún siendo sobrio, está realizado con un gusto excelente, los
enemigos se presentan impresionantes ante la pantalla y todo el
equipamiento del personaje, sus armas y armaduras, tiene un diseño
genial. Yo soy de aquellos que todavía se impresiona cuando ve los
juegos que son capaces de correr estos pequeños cacharros porque
vivo anclado en la época del Nokia 3210 y la serpiente, así que ver
Infinity Blade en movimiento deja bastante boquiabierto, sobretodo
viendo que en algunas cosas luce incluso mejor que algunos títulos
de consola de sobremesa (no diré qué consola de sobremesa para no
hacer leña del árbol caído).
Sonoramente Infinity
Blade es, sobretodo, contundente, no es que cuente con melodías
pegadizas ni partituras complejas, pero sus temas son potentes y
brutales, al igual que el resto del juego. De igual modo los FX son acordes con la acción, sobrios y adecuados pero también poderosos.Es muy recomendable que si jugamos a Infinity Blade lo hagamos con unos buenos cascos para sumergirnos todavía más en su mundo de magia y espada.
Infinity Blade es buena
muestra de lo que debieran ser los juegos de móviles: Mecánicas
bien adaptadas al medio al que van destinadas, rápidos de juegar,
rejugables, con bastante contenido y con un apartado gráfico que
saca partido del dispositivo que sirva de muestra de que detrás del
título no hay gente con ganas de sacar dinero rápido de la moda de
los juegos para móviles si no gente que quiere hacer llegar al
publico un trabajo muy depurado sin dejar ninguno de sus apartados
descuidado.
Lo mejor:
-Es un Punch Out salvaje
ambientado en el medievo.
-Gráficamente es
impresionante para tratarse de un dispositivo móvil, asímismo,
artísticamente también está muy cuidado. No se trata solo de meter
polígonos y efectos a porrillo en el juego, si no de hacerlo con
buen gusto. Su estética es única e inconfundible.
-La contundencia sonora.
-Directo, sencillo,
jugable, divertido, vicioso. La mecánica es ideal para un
dispositivo móvil y permite partidas cortas de unos minutillos. Otra
cosa es que seamos capaces de despegarnos de la pantalla tras esos
minutillos y no nos quedemos venciendo rival tras rival.
-El frenesí de golpes
que podemos ejecutar al vencer un enemigo descarga adrenalina.
-Es simple, pero a la vez
cuenta con detalles y opciones para darle cierta profundidad como las
magias, dónde y cuando utilizar el movimiento para aturdir al rival,
aprender el timming correcto para devolver todos los golpes del
enemigo...
-Las diferentes rutas que
tenemos para llegar a la cima del castillo hacen que no sea tan
monótono repetir una y otra vez la partida.
-Que tiene secretillos
ocultos por ahí que si queremos sacar nos obligará a viciar muchas
horillas más.
-Su calidad-precio es
incuestionable.
-La cantidad de logros
para desbloquear gracias a su compatibilidad con GameCenter.
Lo peor:
-La de batería que
consume el puñetero.
-Este juego habría
quedado ideal, por sus mecánicas, en una consola como Wii, por
aquello de dar mandobles con la espada.
-No estaría mal tener
más rutas y enemigos. Vale que su precio es minúsculo, pero por
pedir que no quede.
Nota: 8.5
Si estuviera para Wii habría que pegarle el tijeretazo gráfico xDD. (Como no quieres hacer leña, ya la hago yo :D)
ResponderEliminarComentas la relación calidad-precio, ¿cuánto vale el juego? :O
Lástima que no tenga un iPhone, porque es de esos juegos de móvil que molan. Además, todo lo que explicas sobre las generaciones me ha gustado mucho, me parece muy original y puede estar bien chulo ^o^
Pues el juego anda oscilando de precio entre ochenta céntimos y dos eurillos con algo si no me equivoco. Es buena muestra de que con precios bajos se pueden sacar buenos beneficios (ya podría aplicarse el cuento Square, que mete clavadas de órdago en la AppStore). Vamos, que para la diversión y el poderío gráfico que tiene está regalado.
EliminarY sí, aunque lo de las generaciones es más que nada un pretexto argumental está muy gracioso, cuando has empezado el juego ocho veces resulta curioso ver como los hijos siguen jurando venganza xD.
Sobre Wii...Lo has dicho tú, no yo xD