viernes, 8 de febrero de 2013

Retro Análisis: Dragon Ball Z Super Butouden

Locos. Así nos volvió a todos conocer la existencia de este juego en su día. No en vano fue el título de Goku el que despertó en nuestro país la obsesión por la importación, por tener ese juego japonés que a nuestras tierras nunca llegaba, por pagar cantidades indecentes de dinero para poderlos jugar (unos 100 euros más el dinero necesario para los adaptadores de juegos extranjeros),  por esperar en los videoclubes durante horas a que lo devolviesen para poderlo alquilar un fin de semana y darle caña, a navegar por menús escritos en símbolos ininteligibles y adivinar cómo se iba a la pantalla de opciones, a hacer que las compañías se interesasen por traer títulos de esta índole...¿Pero justificaba la calidad del título toda esa obsesión enfermiza?


Si algo hay que reconocerle a este título de Dragon Ball es lo extremadamente respetuoso que era con el argumento de la serie, el cual seguía con bastante fidelidad desde el tercer torneo de artes marciales donde Goku se enfrentaba en la final contra Piccolo hasta el combate final contra Perfect Cell. Cierto es que no presentaba a todos los personajes de ese lapso de tiempo, algo normal teniendo en cuenta los problemas de memoria que acarreaban los cartuchos por aquella época, pero los que presentaba lo hacía de la forma más fidedigna posible respecto a la serie. Así, el juego, a parte de los típicos y clásicos modo versus y modo torneo nos presentaba un modo historia en el que nos íbamos encontrando a los enemigos según su orden de aparición en la historia original. La gracia de este modo es que antes de luchar contra ellos podíamos seleccionar al personaje pertinente para poder afrontar el combate de entre varios a elegir y si procurábamos seleccionar durante todo el transcurso de la aventura los mismos que se enfrentaban en la serie original podíamos llegar desbloquear alguna cutscene nueva, desbloquear el verdadero final y ver los créditos del juego.



A parte de este gran detalle del título, que por desgracia se perdió en las siguientes entregas para esta consola, el juego nos presentaba una novedad en el apartado jugable la mar de curiosa: El uso de Split-Screen, a través del cual los personajes podían separarse poniendo grandes distancias de por medio entre ellos,  partiéndose la pantalla en dos y siguiendo cada trozo a uno de ellos. Esto originaba grandes momentos de persecución de los rivales, huidas de ellos, búsqueda de cuerpo a cuerpo en algunos momentos y marcar las distancias para lanzar los ataques especiales en otros, etc. Y es que si algo tenía este juego de espectacular era la recreación de los impresionantes ataques de la serie, grandes ondas Kame Hame cruzando la pantalla, Final Flash de Vegeta volando hacía los rivales...Ataques todos efectuados una vez que teníamos bastante Chi cargado en la barra situada debajo de la de vida y los cuales se podían desviar, bloquear, devolver e incluso, si llevábamos el personaje apropiado, absorber.



En cuanto a los controles el juego contaba con un botón de patada, uno de puñetazo, uno para volar -otra de las cosas que nos flipaba en la época- y uno para lanzar bolas de energía pequeñitas o, una vez efectuada la combinación de direcciones pertinente, lanzar los ataques grandes. A parte de esto, con los botones L y R del mando podíamos desplazarnos a toda velocidad a izquierda y derecha de la pantalla. Como punto negativo al control hay que destacar la extrema dureza que tenía este título para reconocer los ataques especiales, que debían marcarse muchísimo. No en vano muchos recuerdan este Dragon Ball como un perpetrador de ampollas y callos en los pulgares, si veías algún colega por aquella época llevando una tirita en el dedo seguramente era porque estaba jugando a Dragon Ball de Super Nes en su casa.



En cuanto al apartado musical, sorpresa, nos encontramos delante de un título que cuenta con melodías muy buenas y carismáticas. No son las músicas de la serie ni mucho menos, pero aún así son temas que pegan perfectamente con  sus personajes, muy pegadizas y que demostraban porqué el chip de sonido de Snes era superior. Pocos son los temas que no destaquen en un título donde desde su pantalla del título a la musiquilla al finalizar los combates, la de los continúes....rozan un nivel muy bueno, y sobretodo, como digo, muy, muy pegadizo y que son fáciles de recordar y tatarear. Este aspecto se convertiría en marca de la casa en todos las entregas siguientes e incluso en las versiones para Psx y Sega Saturn. Otro de los detalles buenos del juego era el contar con las voces originales de la serie de anime gritando sus ataques especiales y gimiendo al hacer y recibir golpes.  Todo un acierto que contentó a los más frikis de la época, sobretodo al poner el cartucho por primera vez en la consola y escuchar la frase de bienvenida de Goku.



Dragon Ball Super Butouden nos alucinó a todos. Era por fin tener un juego de la serie a la que todos estábamos enganchados, para la consola de moda y que, encima, era divertido. No ya sólo por su modo historia, si no porque, además, su modo VS era un vicio. Las carreras por toda la pantalla huyendo de un amigo o familiar esperando a tener bastante energía para lanzar un Kame son míticas. Además, estaba lleno de detallitos que hacían denotar el mimo que Bandai le había puesto a su desarrollo  y las ganas de hacer algo lo más fiel posible al anime. Nada que ver con otros títulos de la serie con modo aventura donde había que vencer a enemigos desconocidos, saltar por escenarios nunca vistos o hacer combates que nunca habían tenido lugar (¿Cuantos Saibaman se tienen que matar en los Dragon Ball Budokai? ¿un trillón?).

Lo mejor:
-Por fin un buen juego de Dragon Ball que nos daba en formato jugable lo que veíamos en la tele.
-La cantidad de personajes que tenía el juego, a los que venían desbloqueados de serie había que sumarle los que podíamos desbloquear durante el juego, como la versiones super saiyan.
-El modo historia y su recompensa si seguíamos el argumento de la serie.
-La música, pegadisisima y carismática y la calidad de las voces digitalizadas. 
-La cantidad de detallitos, tanto antes de empezar los combates viendo las transformaciones en super guerrero, a Freezer inflando los músculos, Piccolo quitándose las hombreras y el turbante...Como durante el combate al ver cosas como A-18 colocándose bien el pelo después de recibir un especial, a Piccolo quedándose sin brazo y regenerándolo, Vegeta limpiandose la sangre...
-La aparición estelar de Mr. Satan.
-El uso de Split-Screen. Desde luego no era el primer juego en usarlo, pero su uso es muy dinámico y magistral.
-Los planos de scroll que añaden profundidad.
-Perder un combate no significaba Game Over, si no escoger a otro personaje de nuestro grupo y volverlo a intentar. Eso sí, haciendo esto adiós a sacarse el final auténtico.

Lo peor:
-Los escenarios no están todo lo detallado que podrían estar, se nota el intento de ahorrar memoria por ese lado.
-Realizar los ataques especiales era un destrozadedos en toda regla, jugar a Dragon Ball Super Butouden podía llegar a ser un doloroso placer.
-Perfect Cell estaba un poco dopado y podía aniquilarnos sin piedad rápidamente. Sobretodo en el nivel más alto de dificultad.
-No tener un botón para recargar energía y pasar buen rato huyendo del rival mientras la barra se llenaba poco a poco. Los comabtes podían hacerse muy largos.
-Falta algún frame de animación más en los personajes, pero en la época no era algo que preocupase en demasía. 
-No poder elevarnos si estamos muy cerca del rival.
-La versión que nos llegó a occidente y más concretamente a España, con textos en francés, nombres cambiados y una mala presentación en lo referente a su caja. Lo de los 50hz y las franjas por otro lado ya era el pan nuestro de cada día. 
-Que por falta de memoria, tiempo u ambas no incluyesen a más personajes que estaban previstos en un principio como A-17 o la transformación que faltaba de Cell. Una pena.

Nota: 8

1 comentario:

  1. Un juego magistral, para mí de siempre el mejor de la trilogía gracias a su modo historia (el del SuperButoden 2 era un despropósito y el 3 ni tuvo) y a que, qué carajo, era la primera experiencia jugable de Dragon Ball a la que tuvimos acceso. Tengo la suerte de poseer aún los tres y de vez en cuando me hecho un vicio.

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