¿Son los videojuegos arte?

Que los videojuegos sean considerados arte o no es un tema que cada vez con más frecuencia es discutido tanto entre los propios aficionados como por los propios integrantes de la industria y que, periódicamente, con cada nueva declaración a favor o en contra de su catalogación como tal vuelve a saltar a la palestra y llena páginas y páginas con argumentos defendiendo una u otra postura.

Uno de los problemas para poder considerar a los videojuegos como arte es que estas creaciones congregan en su haber elementos de prácticamente todos los campos artísticos: Arquitectura, escultura, pintura, literatura... Hagamos por un momento un breve un repaso de ellas y su aparición en los juegos a día de hoy: Por un lado es evidente que la arquitectura ha ganado importancia en la creación de videojuegos, no en vano el diseño de entornos y edificios es cada vez más importante en esta industria, no sólo recreando construcciones de nuestra propia realidad (como la recreación de ciudades en los Assassin's Creed), si no que se crean y diseñan gran cantidad de elementos desde cero que conformarán los escenarios de nuestros juegos. También la escultura ha ganado relevancia en el proceso de creación de videojuegos, si bien hay escultores que trabajan y crean formas en madera, piedra, mármol o cualquier otro elemento también tenemos que considerar escultores a aquellos artistas que modelan sus creaciones a través de polígonos. ¿Acaso hay mucha diferencia entre crear una cara a partir de un bloque de piedra a modelarla a partir de una malla poligonal? Cierto que el proceso es diferente y que en un caso nos encontramos que el artista trabaja sobre un entorno virtual, pero también es verdad que modelar sobre arcilla requiere conocimientos y técnicas diferentes a modelar sobre piedra y ambos se consideran dentro del mismo arte así que ¿realmente el hecho de que la creación del modelador de videojuegos se encuentre en un entorno no palpable y use herramientas diferentes hace que su obra no se pueda considerar una “escultura”?

Sería absurdo ignorar el talento artístico necesario para crear modelos tridimensionales.

En cuanto a la literatura tampoco hace falta pensar mucho para encontrar buenas muestras de ella en nuestros juegos, no ya sólo teniendo en cuenta que la gran mayoría de los juegos actuales cuentan con guiones elaborados cual película de cine, si no porque muchos juegos introducen en ellos creaciones literarias y textos que acompañan al desarrollo de las aventuras. Ahí tenemos por ejemplo los montones de libros que uno se va encontrando en los Elder's Scrolls, las historias cortas de Lost Odyssey, etc. No son pocas las veces donde un texto nos pone en situación, nos marca objetivos a cumplir, nos revela secretos de la historia o añade trasfondo al juego.

La pintura es otra de las artes que con un simple vistazo se puede encontrar en los juegos que nos rodean, no ya sólo en los diseños y artworks de los juegos, si no también en los propios elementos que los componen: Desde el más simple de los pixel art hasta la textura más compleja dibujada a mano: Los escenarios pintados a mano de Braid, cada uno de los sprites que compone Yoshi's Island, las texturas de Black Wing Lair en WoW...¿Cómo negar que todos estos elementos forman parte del arte de la pintura y que estos a su vez forman parte de nuestros videojuegos?

¿Y la música? ¿Acaso hace falta recordar las composiciones que nos llevan acompañando desde tiempo inmemoriales y que han pasado de estar compuestas por bips de diferente intensidad a ser bandas sonoras orquestadas que incluso llegan a comercializarse de forma independiente?

Incluso el séptimo arte, el cine, puede encontrarse también formando parte de nuestros videojuegos, ya que, en definitiva, no hay tanta diferencia entre una cinemática actual, tenga mejor o peor calidad en cuanto a composición o argumentalmente hablando, y una escena cualquiera de una película. En nuestros días incluso se cuenta con actores reales para la captura de movimiento y recrear esas escenas con el mayor realismo posible. De hecho no hay tanta diferencia entre rodar una escena de Star Wars delante de un fondo azul que será insertado digitalmente con rodar una escena donde tanto fondo como actores serás sustituidos por elementos virtuales. Y si bien una película de Pixar no deja de ser cine, tampoco una escena perteneciente a Metal Gear  podría dejar de serlo.

Así, en vista de esta disección realizada podríamos llegar a considerar que ya que los videojuegos sirven de contenedor a tantas y tan variadas formas de arte, ellos a su vez también podrían ser considerados como tal, pero ¿es tan sencillo? ¿Y si vamos eliminando todos esos elementos de la ecuación? Digamos que nuestro juego no tiene música...¿dejaría de ser arte? ¿Y si no cuenta con guión de ningún tipo porque es un puzle? Digamos que además, no cuenta con ningún elemento arquitectónico ni modelado en 3D, es más, digamos que nuestro juego es el clásico Pong ¿podríamos considerar Pong como arte?

Prácticamente la forma más primitiva de videojuego...¿podría considerarse arte?

Es cuando tomamos consciencia de que para considerar arte a los videojuegos hemos de prescindir de todos estos elementos que hemos citado y que pueden o no formar parte de ellos que podemos intentar descubrir cual sería el elemento definitorio que nos permitiría etiquetar los videojuegos como arte, el cual no puede ser otro que la mecánica jugable.

Es la mecánica jugable, la jugabilidad en sí, el eje vertebrador de todo videojuego, el elemento único e indispensable que nos permite catalogar a los juegos como arte. La forma en como se juega, en como se comportan e interactuan los elementos que componen el juego, la forma en la que están realizadas las colisiones, como se resuelven las situaciones...

Pensad por un momento en el primer Super Mario Bros y cambiad mentalmete todos y cada uno de los sprites del juego por cuadrados blancos y cada uno de los elementos del escenario por bloques negros. El juego en sí, continuaría siendo igual de divertido, retante y bien hecho que contando con los sprites de Mario y los goombas. Eso es así porque la esencia del juego, lo que lo hace bueno y de calidad es su mecánica jugable: La fisica de Mario, la forma en la que rebota en sus enemigos, la respuesta del control, la velocidad de movimiento...Todo eso es el arte que aporta el videojuego. La forma en la que las piezas de Tetris caen y se encajan entre ellas, la forma en que Nathan corre, salta y se parapeta para disparar...Si una mecánica es buena, si es buen arte, no importará suprimir todos los demás elementos artísticos del juego y cambiar los personajes y entornos por simples cubos blancos y negros ya que el juego continuará siendo jugable, adictivo y divertido.

Es cuando un puede prescindir mentalmente de cada uno de los elementos que forman los videojuegos y quedarse con lo que realmente cuenta, con su jugabilidad, que uno puede empezar a valorar a los mismos como arte. Mientras que nos dejemos llevar por las escenas cinemáticas, por lo bonito y hermoso que resulte ser un escenario, por los efectos que tenga un personaje o por lo pegadiza que sea una melodía de determinada fase en el fondo nos estaremos dejando embelesar por elementos independientes y que de forma ajena el juego también nos podrían llegar a agradar.

No digo que a la hora de valorar un videojuego no deban tenerse en cuenta todos los elementos en su totalidad, es evidente que argumento, gráficos, música...añaden valor a la experiencia e incluso pueden aportar el hecho de que un juego cuya base jugable no sea muy solida o que no sea de calidad nos acabe gustando y volvamos a recurrir a él una y otra vez, pero siempre habrá tener en cuenta que al valorar ese título como arte habrá que prescindir de todo y quedarse simplemente con la mecánica.

Así y respondiendo a la pregunta que da título a esta entrada ¿Son los videojuegos arte? Para mí, sí lo son.