sábado, 1 de marzo de 2008

Nero y Raiden, lo que Konami no supo hacer


Género en el que se enmarcan ambos a parte, no dejan de ser bastantes similares Metal Gear 2 y Devil May Cry 4 en cuanto a la manera en que tienen de incorporar un nuevo personaje a la saga, eso sí, con bastante mejor acierto en el título de Capcom.



Controlando al héroe

Tanto en el juego de Konami como en el de Capcom nos encontramos con la posibilidad de llevar al personaje principal de la saga durante buena parte del transcurso de la historia, con la salvedad de que mientras que en un juego tenemos la posibilidad de llevarlo al principio para continuar luego con la nueva incorporación, en el otro tenemos en nuestras manos primero el control del nuevo personaje para después pasar a llevar al protagonista de toda la vida. ¿Cómo afecta esto al jugador? Bien, la verdad es que el orden de los factores en este caso sí afecta el producto, en el caso de Metal Gear se genera frustración en el jugador, pasamos de llevar el personaje al que estamos acostumbrados y sabemos controlar al que admiramos y teníamos ganas de ver de nuevo a llevar un nuevo personaje desconocido para nosotros y del que no sabemos nada, es decir, el jugador sufre una cortada de rollo considerable tal cual gatillazo y la sensación es que el conjunto del juego va cuesta abajo. En el título de Capcom por su parte empezamos con un personaje nuevo, es decir, al principio se produce una acomodación y curva de aprendizaje característica a todo juego nuevo con las similitudes suficientes a Dante como para que no sea del todo un golpe duro para el jugador y cuando el juego va llegando a un punto álgido se le da al jugador aquello que quiere, llevar a Dante, y disfrutar de todas las características de éste, que gracias a Nero, ya habían sido olvidadas. Devil May Cry va cuesta arriba.


El carácter del heroe

Snake y Raiden son polos opuestos, Solid sabe dónde se mete, sabe qué busca, sabe cómo conseguir lo que quiere y tiene control sobre la situación por muy mal que pinten las cosas, Raiden por su lado es un títere, es utilizado, está perdido, la situación le supera y no sabe qué es lo que busca exactamente. El jugador por su parte, experimenta lo mismo, ha pasado de llevar a un héroe que controla la situación a llevar un mequetrefe asexual y no es capaz de conectar con él, le produce rechazo y hay que saber meterse muy bien en la trama para poder llegar a aceptarlo, por no hablar de que en todo momento estará expectante esperando de nuevo la aparición de Snake, aunque sea echando una siesta.






Dante y Nero son diferentes grados en la misma escala de chulería. Nero se encuentra perdido también, no sabe lo que ocurre y necesita encontrar respuestas, pero su toque de chulería al igual que Dante hace que la situación no le sobrepase, sí, no es tan fuerte como Dante, sí, llora y se frustra, pero no pierde el coraje ni el espíritu de combate, es muy fácil que el jugador se pueda sentir identificado con él. Como decía antes, el juego va increscendo, puesto que después de esta chulería y savoir fer nos encontramos a Dante, que domina la situación todavía más y que cambia la chulería por sobradez. En resumen, Nero es lo bastante similar y parecido a Dante como para que el jugador no llegue a echar de menos al hijo de Sparda en ningún momento.






¿Por qué escoger a otro héroe?

En el caso de Devil May Cry parece estar claro, Dante es muy poderoso, demasiado poderoso. Se ha acusado al Dante de estar cuarta entrega de que su chulería es extrema y poco recuerda al Dante de la primera y tercera entrega, no creo que sea así, quiero decir, en los anteriores juegos Dante era un chuloputas y un vacilón, pero se encontraba ante auténticos retos: Nelo Angelo, Mundus, Vergil…situaciones que le hacían incluso derramar lágrimas (al igual que hace en la cuarta entrega Nero) y sentirse hundido, en cambio, en el nuevo título Dante está de vuelta de todo, ni siquiera se toma la misión en serio porque nada le parece suponer un auténtico reto, se toma la
apariencia de Trisha risa, se mofa de Berial, se chotea de Agnus y le planta cara a un semidiós como si fuese rutina, le da igual que Nero la cague en su cometido porque es tan poderoso que sabe si las cosas se tuercen el podrá solucionarlo de manera holgada. Para él Devil May Cry 4 es una broma. Es más, incluso el jugador puede comprobarlo en la mitad del juego que controlaa Dante, éste se recorre las mismas fases que Nero -cosa que más que para aprovechar y alargar el juego tienen una razón de ser- y se encuentra los mismos retos o más
difíciles, pero en realidad, el personaje es tan poderoso que la vuelta a la ciudad parece más bien un paseo, los bosses caen más fácilmente, las SSS son más accesibles y los momentos de apuro para el jugador son los menos, es más, en cuanto los retos vuelven a escena en las últimas dos misiones, el control regresa a Nero.
Cierto, mucho de todo esto se debe a que la curva de aprendizaje del jugador ha ido evolucionando y después de varias horas de juego es más fácil controlar, esquivar, saltar, hacer combos, pero todo está dispuesto para que parezca que la superioridad de Dante es patente.



En el caso de Metal Gear creo que lo que se buscaba era, más que demostrar esa diferencia de poder entre personaje principal y secundario, era buscar una oportunidad por un lado de sorprender al jugador, tipico de Kojima y que se vio en el hecho de esconder la existencia de Raiden hasta la salida del juego, así como tener la oportunidad de revivir de nuevo el aprendizaje de un héroe tal y como se había dado en la anterior entrega de la saga, y por eso la repetición también de muchos de los esquemas jugables y todo el pretexto de revivir la situación de Shadow Moses.



Acabando

En definitiva, creo que el concepto de personaje veterano-novato es similar en ambos juegos, pero por desgracia el título de Konami no supo llevarlo a la práctica tan bien como Capcom. Los primeros provocaron rechazo en los jugadores al robarles a su héroe en mitad del juego y darles un personaje radicalmente distinto a Snake, los segundos por su lado, recompensaron al jugador dándoles aquello que querían, premiando el progreso en el juego, así como otorgándoles un sustituto a la altura, lo suficientemente motivado y similar a Dante como para poder identificarse con él y no echar de menos del todo a lo vivido en otros juegos.


Por una parte, parece que el rechazo generalizado a Raiden hará que Snake vuelva solo en su cuarta entrega y que se les de a los jugadores aquello que piden, por otra parte, parece que el acierto de Capcom a la hora de plantear el desarrollo del cuarto título les ha concedido la posibilidad de volver a reutilizar a Nero si es necesario y poder dejar aparcado al poderosísimo Dante, o si más no, permitir al jugador en la quinta entrega –si la hay y esperemos que sí- que pueda seleccionar entre uno u otro a placer para encararse al reto.


2 comentarios:

  1. Jajaj cierto, cierto... aunque no he jugado metal gear, si supe que muchos no querian al pobre de Raiden... sin embargo, Nero supo ser parecido a Dante, pero tiene motivos e historia totalmente distintos, y aun asi gusto a la gente, creo. La verdad Nero me recuerda algo al Dante de DMC1..

    Y es cierto, en DMC4 creo que para Dante no es en serio la mision y mas que nada, es un favor que Lady le ha pedido, jejeej.
    Saludos!
    Atte Miren

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  2. Yo, aunque mi personaje Favorito es Snake, nunca rechaze a Raiden
    Sea como sea juega un papel importante en la historia
    y era novato
    snake por otra parte ah vivido años de batallas
    por eso no veo que sea un error de konami
    Ademas Hideo Kojima es un Genio
    hizo una historia insuperable
    y si no hubiera incluido a raiden como personaje principal de MGS2
    no lo podriamos haber conocido
    por lo que no hubieramos llorado su muerte en MGS4
    Todo tiene su sentido

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