sábado, 17 de noviembre de 2012

Análisis Infinity Blade



Parece que en esto del mundillo de los juegos para móviles existen dos tendencias o dos formas diferentes de hacer juegos: Por un lado, aquellos títulos de mecánica simple y apartado visual sin muchas pretensiones, jueguecillos al estilo flash y de un presupuesto más o menos modesto de los que serviría como ejemplo el tan conocido y cacareado Angry Birds, y por otro, aquellos títulos que intentan emular y traspasar los títulos que aparecen en consola a los dispositivos móviles, con apartados gráficos más grandilocuentes pero con mecánicas que, debido a lo frustrante de los controles táctiles, acaban fracasando. Este último caso lo podríamos ejemplificar con los títulos que tanto Gameloft o Capcom Movile suelen sacar. Infinite Blade viene a demostrar que ambas perspectivas no tienen por qué estar enfrentadas y que se pueden unificar para mostrar, de forma ejemplar, lo que un juego de móviles debiera ser.



Infinity Blade es brutalidad visual, sonora y jugable. Es un título que se adapta al medio al que va destinado como anillo al dedo y no intenta ni traspasar un estilo jugable que no se adapta bien al sistema en el que corre ni tampoco descuida su apartado visual resguardándose tras una mecánica jugable directa y adictiva.

La premisa del título es simple y a aquellos que hayan jugado a títulos como el clásico Punch Out les resultará familiar ya que la mecánica es prácticamente calcada teniendo que enfrentarnos contra varios oponentes en peleas uno contra uno donde nuestra lista de acciones está muy delimitada y guiada por el juego sin llegar a tener en ningún momento un control total sobre el personaje, el cual está restringido a un puñado de movimientos: Lanzar mandobles con la espada a través de deslizar el dedo por la pantalla, esquivar las acometidas enemigas hacia derecha o izquierda, bloquear los golpes con nuestro escudo o bien desviar los ataques contrarios con nuestra espada. Cierto es que hay otras opciones como lanzar magias o rellenar una barra que permite aturdir al rival durante unos segundos (como las estrellitas del ya mencionado Punch Out), pero no son elementos que modifiquen en demasía la simpleza y dinamismo de las batallas. Cada pelea con nuestro rival constará de tres fases -o rounds- donde éste irá ejecutando movimientos nuevos, cada vez más rápidos o más confusos a la hora de evitar.
La gracia del juego, además de lo divertido de sus batallas, radica en el planteamiento de la historia. Cada vez que recorremos el juego encarnamos a un hijo del anterior personaje que hayamos controlado con la misión de llegar hasta la cima del castillo, pudiendo optar por diferentes rutas para ello, y vencer al Rey Dios que nos espera sentado en su trono dispuestos a partirnos la cara, matarnos y hacer que nuestro descendiente jure venganza, volviendo así al principio del juego. Cada vez que iniciemos una nueva “estirpe” (partida) nuestro personaje conservará todo su equipo, objetos y nivel, siendo así cada nuevo hijo del anterior héroe más poderoso que su padre y con más posibilidades de conseguir la venganza generacional tan ansiada.



Y es que si algo tiene Infinite Blade es equipamiento para conseguir. La lista de cascos, armaduras, anillos, espadas y escudos es muy grande y sobretodo, cara, provocando que si queremos conseguirla toda y subirla de nivel debamos pasar multitud de horas enganchados en nuestro dispositivo venciendo enemigo tras enemigo y recorriendo el castillo una y otra vez. Cada vez que derrotemos a un enemigo conseguiremos experiencia que nos permitirá tanto aumentar nuestra vida, fuerza, magia...Como subir de nivel este equipamiento que vayamos comprando en la tienda.

Sobre su apartado gráfico, poco se puede decir que no se haya dicho ya en multitud de medios. El trabajo realizado por Chair es impresionante, ya no sólo por la calidad gráfica, sus modelados y efectos si no porque incluso artísticamente el resultado es muy bueno. El entorno del castillo, aún siendo sobrio, está realizado con un gusto excelente, los enemigos se presentan impresionantes ante la pantalla y todo el equipamiento del personaje, sus armas y armaduras, tiene un diseño genial. Yo soy de aquellos que todavía se impresiona cuando ve los juegos que son capaces de correr estos pequeños cacharros porque vivo anclado en la época del Nokia 3210 y la serpiente, así que ver Infinity Blade en movimiento deja bastante boquiabierto, sobretodo viendo que en algunas cosas luce incluso mejor que algunos títulos de consola de sobremesa (no diré qué consola de sobremesa para no hacer leña del árbol caído).



Sonoramente Infinity Blade es, sobretodo, contundente, no es que cuente con melodías pegadizas ni partituras complejas, pero sus temas son potentes y brutales, al igual que el resto del juego. De igual modo los FX son acordes con la acción, sobrios y adecuados pero también poderosos.Es muy recomendable que si jugamos a Infinity Blade lo hagamos con unos buenos cascos para sumergirnos todavía más en su mundo de magia y espada. 

Infinity Blade es buena muestra de lo que debieran ser los juegos de móviles: Mecánicas bien adaptadas al medio al que van destinadas, rápidos de juegar, rejugables, con bastante contenido y con un apartado gráfico que saca partido del dispositivo que sirva de muestra de que detrás del título no hay gente con ganas de sacar dinero rápido de la moda de los juegos para móviles si no gente que quiere hacer llegar al publico un trabajo muy depurado sin dejar ninguno de sus apartados descuidado.



Lo mejor:
-Es un Punch Out salvaje ambientado en el medievo.
-Gráficamente es impresionante para tratarse de un dispositivo móvil, asímismo, artísticamente también está muy cuidado. No se trata solo de meter polígonos y efectos a porrillo en el juego, si no de hacerlo con buen gusto. Su estética es única e inconfundible.
-La contundencia sonora.
-Directo, sencillo, jugable, divertido, vicioso. La mecánica es ideal para un dispositivo móvil y permite partidas cortas de unos minutillos. Otra cosa es que seamos capaces de despegarnos de la pantalla tras esos minutillos y no nos quedemos venciendo rival tras rival.
-El frenesí de golpes que podemos ejecutar al vencer un enemigo descarga adrenalina. 
-Es simple, pero a la vez cuenta con detalles y opciones para darle cierta profundidad como las magias, dónde y cuando utilizar el movimiento para aturdir al rival, aprender el timming correcto para devolver todos los golpes del enemigo...
-Las diferentes rutas que tenemos para llegar a la cima del castillo hacen que no sea tan monótono repetir una y otra vez la partida.
-Que tiene secretillos ocultos por ahí que si queremos sacar nos obligará a viciar muchas horillas más.
-Su calidad-precio es incuestionable.
-La cantidad de logros para desbloquear gracias a su compatibilidad con GameCenter.


Lo peor:
-La de batería que consume el puñetero.
-Este juego habría quedado ideal, por sus mecánicas, en una consola como Wii, por aquello de dar mandobles con la espada.
-No estaría mal tener más rutas y enemigos. Vale que su precio es minúsculo, pero por pedir que no quede.

Nota: 8.5

2 comentarios:

  1. Si estuviera para Wii habría que pegarle el tijeretazo gráfico xDD. (Como no quieres hacer leña, ya la hago yo :D)

    Comentas la relación calidad-precio, ¿cuánto vale el juego? :O

    Lástima que no tenga un iPhone, porque es de esos juegos de móvil que molan. Además, todo lo que explicas sobre las generaciones me ha gustado mucho, me parece muy original y puede estar bien chulo ^o^

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    1. Pues el juego anda oscilando de precio entre ochenta céntimos y dos eurillos con algo si no me equivoco. Es buena muestra de que con precios bajos se pueden sacar buenos beneficios (ya podría aplicarse el cuento Square, que mete clavadas de órdago en la AppStore). Vamos, que para la diversión y el poderío gráfico que tiene está regalado.

      Y sí, aunque lo de las generaciones es más que nada un pretexto argumental está muy gracioso, cuando has empezado el juego ocho veces resulta curioso ver como los hijos siguen jurando venganza xD.

      Sobre Wii...Lo has dicho tú, no yo xD

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