lunes, 21 de diciembre de 2009

Análisis Zelda Phantom Hourglass




Una maravilla de juego y un Zelda de lo más normalito, así es como se podría describir Phantom Hourglass. En mi caso puedo decir que con las portátiles sigo siendo bastante impresionable y a día de hoy me sigue impresionando ver moverse entornos poligonales en un cacharrito que cabe entre mis manos. Tanto da que haya pasado horas jugando a FF Dissidia o los Ridge Racer de PSP, aún me parece cosa de magia ver títulos en 3D en sistemas portátiles y desde luego, meter el juego en la DS y poder observar la preciosa intro y los adorables gráficos que nos traen recuerdos de lo vivido con Wind Waker es una sensación maravillosa. Y quizás este sea el problema del título que nos ocupa, nos recuerda tanto a su versión mayor de la que este juego es secuela, que las comparaciones son inevitables. Comparaciones que nos harán ver quizás de manera más acusada las carencias de este Zelda y vislumbrar los muchos altibajos que presenta.


Gráficamente la primera impresión que nos da es que estamos de un juego muy bello, que retoma la estética Toon gracias al Cell Shading aplicado y vuelve a presentar unos personajes simpáticos y la mar de expresivos en los cuales el bajo poligonaje pasa totalmente desapercibido. No importa que las manos sean muñones y los pies sean patas de mesa ya que encajan perfectamente con la estética escogida. El problema de Phantom Hourglass viene de mano de los entornos, y es que nos encontramos con aldeas minúsculas de tres o cuatro chabolas situadas en islas minúsculas y texturadas de forma muy sobria y repetitiva: todas las cuevas son iguales, todos los prados son iguales...Además en ningún momento vamos a tener la sensación que tenemos con otros Zeldas al entrar a una mazmorra de fuego o hielo de estar en un entorno radicalmente diferente al anterior, por lo que el trabajo de ambientación es bastante pobre a su vez.



Y es que, recordemos, DS es una máquina capaz de poner en pantalla juegos con una capacidad gráfica muy pareja a los de N64 y aunque se opte por hacer algo parecido a los anteriores juegos portátiles en cuanto a desarrollo o perspectiva no se puede perdonar que la espectacularidad brille por su ausencia. Recordar cualquiera de los templos de Ocarina of Time y pensar que podríamos estar jugando a algo similar en cuanto a estructura y calidad gráfica en nuestra DS no hace más que jugar en contra del título que nos ocupa.


Sonoramente también estamos ante un título MUY limitado ya que salvo alguna melodía rescatada de Wind Waker, como la de los trayectos en mar, en general el trabajo realizado es pobre: melodías simples, ritmos repetitivos y de corta duración, composiciones que se repiten una y otra vez, mazmorras sin tema propio, cutscenes sin una buena composición de fondo que las acompañe y proporcione fuerza...Cuesta mucho de entender que estemos ante un título de la saga Zelda porque ni tan solo llega a presentar un pequeño atisbo de los temas clásicos de la saga. En cuanto a efectos de sonido, nos encontramos con las típicas vocecillas de las hadas, los gritos de Link, las explosiones de los enemigos y toda una gama de sonidos clásicos que nos harán sentir en este aspecto como en casa.



Jugablemente como hemos mencionado antes, más que intentar plasmar una aventura en tercera persona como las que disfrutamos en las consolas de sobremesa (y que sería dificil representar en DS -aunque no imposible) se nos plantea el jugar al estilo clásico de vista aérea, pero esta vez controlando las acciones de Link con el stylus. La verdad es que el control funciona prácticamente a la perfección, sobretodo para acciones como el apuntado del arco, depositar bombas, marcar la trayectoria del boomerang...Pero para otras acciones como golpear con la espada, dar volteretas o movernos se echa de menos la precisión que otorga la cruceta y los botones de toda la vida. No serán pocas las veces que querremos movernos rápidos para esquivar un ataque y la consola responderá caminando (ya que para correr tenemos que tener alejado el lápiz de Link, cosa imposible si estamos maniobrando en una esquina) recibiendo un golpe, querremos atacar a un enemigo que está justo en una de las esquinas de la pantalla y no podremos hacerlo porque el icono que selecciona los objetos lo cubre o que querremos girar la cámara en el barco y lo que haremos será parar los motores o disparar el cañón. Aún así, teniendo en cuenta lo realmente sencillo que es este título nos podemos permitir esta falta de precisión y realmente divertirnos con la implementación táctil del juego. Y es que Phantom Hourglass saca partido de todas y cada una de las características de Nintendo DS: Se usa el micro para soplar y hablar, el cerrado de la máquina para pasar cosas de una pantalla a otra, el lápiz para trazar rutas marítimas, tomar notas en los mapas -genial-, etc. Convirtiéndolo en una de las aventuras que mejor partido saca de las opciones del hardware sin tener que recurrir a minijuegos absurdos.



En cuanto al desarrollo por desgracia estamos ante, si no un juego corto, que no lo es en demasía, si ante un juego extremadamente sencillo y que no nos pondrá en aprieto ni una sola vez con enemigos harto fáciles de vencer (sobretodo una vez que conseguimos el martillo y nadie nos planta cara), bosses muy sencillos -pero como siempre en la saga divertidísimos de vencer- puzzles elementales y lo más sangrante de todo, mazmorras que podemos completar en una media de entre diez y treinta minutos, algo que a todas luces es decepcionante. Además, a medida que vayamos avanzando en el juego notaremos la ausencia de cosas ya clásicas en la saga como que no tengamos que buscar piezas de corazón para aumentar nuestra vida (no hay partes de corazón si no solo tres o cuatro corazones completos para buscar), ni conseguir recipientes para llevar pociones, ni bolsas para rupias, no hay nada comparable con las skultullas, las ranas o la captura de fantasmas y bichos, no hay más que un par de cuevas secretas, no hay diferentes trajes, ni magia, ni fontanales secretos de hadas, ni varios escudos, ni fotografías para conseguir miniaturas, ni rompecabezas....E incluso el juego de pesca que incorpora el título es tan limitado que solo nos ofrece seis tipos de peces diferentes para capturar y no tardaremos más de un rato en conseguirlos. En resumen nos encontramos con un Zelda prácticamente sin sidequests y sin pizca de la magia y fantasía de otras entregas. Solo algunos minijuegos de lo más limitado nos podrán dar algo de vidilla pero aún así, ofrecen recompensas demasiado monótonas para que ocupemos el tiempo con ellos. Incluso las búsquedas marítimas de tesoros se harán aburridas y repetitivas debido a que no obtendremos nada de provecho en ellas.



Y lo peor de todo lo reservo para el final: El templo del Rey del Mar, posiblemente la peor idea que se ha visto jamás implementada en un Zelda y es que sorprende que algo tan tedioso y aburrido haya pasado el corte para entrar en un juego con Link de protagonista. Cada cierto tiempo tendremos que volver a este templo central para recorrer una y otra vez las mismas plantas y donde se reúnen las peores ideas que se han parido en el mundo de los videojuegos: La infiltración, las pantallas por tiempo y el hecho de que si éste se acaba perdamos vida gradualmente. Así, para recorrer este tendremos un tiempo estipulado del que no podremos pasar a riesgo de empezar a perder vida llegando al punto de que si la perdemos toda nos veremos obligados a recomenzarlo. Además, en este templo no podemos atacar a nuestros enemigos ya que son invencibles y en caso de vernos y capturarnos nos quitarán tiempo del cronómetro. Algo tan tedioso que te dará igual dejarte tesoros sin conseguir dentro con tal de no volverlo a pisar jamás. Si los dos minutos de infiltración en el castillo de Hyrule os pareció una mierda en OoT o si la Isla del Diablo os dio cagalera en Wind Waker, el Templo del Rey del Mar os hará despertaros por la noche bañados en sudor y gritando.



De todas formas, y dejando de lado las muchas carencias que el juego tiene, sobretodo si pensamos que pertenece a la saga Zelda, sería muy injusto no admitir que estamos ante un título la mar de divertido y muy bonito, que disfrutaremos a cada momento si somos capaces de no compararlo con otras entregas anteriores. El control táctil responde perfectamente en relación al nivel de exigencia del título, se aprovechan las características de DS de forma magistral, los gráficos son muy correctos y resultones, los bosses divertidísimos y la historia es muy ligera, pero encantadora. La cuestión es olvidarse del título y de las comparaciones para poder ser capaces de disfrutar totalmente de la experiencia, si somos capaces de hacerlo tendremos ante nosotros uno de los mejores juegos que hay disponibles para el sistema, haciéndolo sobretodo ideal para las audiencias más jóvenes o gente que quiere tomar contacto con la serie por primera vez. Si por el contrario no somos capaces de desligarlo de la serie a la que pertenece nos parecerá un título de lo más normal y sumamente decepcionante y no disfrutaremos de la experiencia.




Lo mejor
-Los personajes están recreados genialmente y el paso de NGC a DS no se acusa: preciosos y muy bien animados.
-Las mazmorras aun siendo fáciles tienen ese espíritu de la saga en el que todo encaja al milímetro como un gran puzzle o una máquina cuyos engranajes funcionan sincronizados a la perfección.
-El uso de la pantalla táctil para usar los objetos es genial y perfecto: el arco, el boomerang, el gancho...Todo se maneja a las mil maravillas de esta forma.
-Hace uso de todas las características de la máquina sin tener que recurrir a minijuegos absurdos y están integrados en la aventura con cabeza y adecuadamente.
-Es ideal para introducirse en la saga, para los jugadores más jovenzuelos, para los menos hábiles o para los que no quieren un título con muchas complicaciones pero no por eso mal hecho.
-Los viajes por mar son simples y ya no controlamos el barco ni el viento como en Wind Waker, pero aún así sigue siendo genial navegar por él, disparar con el cañón, trazar rutas, o conseguir rupias.
-Como siempre en la saga, los bosses son de los mejores momentos que podemos tener en el juego.
-Aun cojeando en muchos aspectos el juego es precioso y encantador, y como siempre, dará mucha pena que en algún momento tenga que acabar.
-El uso de las dos pantallas para tener el mapa a mano en todo momento.
-La pirata acosadora.
-Se puede encontrar en las tiendas a un precio perfecto y adecuado.

Lo peor
-EL TEMPLO DEL REY DEL MAR
-Los entornos no están tan trabajados como debieran, la máquina podría dar muchísimo más de si y poner en pantalla cosas tan espectaculares y bellas como las vistas en OoT o Majora's Mask.
-Pocas islas, minúsculas, poco habitadas y poco trabajadas visualmente.
-Las mazmorras son demasiado simples y cortas, no puede ser que en media hora las completemos. Encima no hay que buscar ni brújula ni mapa y las llaves de plata siempre están accesibles. Así mismo el juego es demasiado fácil.
-La músicas es sosa y limitada con ganas: melodías cortas, aburridas, repetitivas y con muy poca variedad.
-Para desplazarse y atacar con la espada el control táctil no es tan preciso como lo sería la cruceta o los botones, lo cual no quiere decir para anda que sea malo si no que podría ser mejor.
-Las sidequests se pueden contar con los dedos de una mano y encima no son interesantes ni dan ganas de hacerlas.
-Faltan decenas de elementos que ya se daban por sentado en la saga: cuevas secretas, más puzzles, hadas, diferentes trajes, bolsas de rupias, envases para pociones, coleccionables...Este apartado es desolador.
-Al principio del juego te haces ilusiones pensando que los tesoros que vas obteniendo sirven para hacer quests y luego ves que no valen para nada.
-El minijuego de pesca está bastante entretenido pero solo hay seis peces diferentes para capturar.
-Hay que estar muy aburrido para hacer el juego del arco ya que es demasiado exigente con la puntuación.
-Ponerte a gritar a las tres de la mañana para que te vendan una grúa barata y que después el vendedor te diga que no hacía falta gritar...
-Que se te rompa la grúa y tener que patear (o navegar) a la otra punta del mundo para arreglarla.
-No hay búsqueda de contenedores de corazón.
-El sistema para conseguir piezas del barco es un rollazo, acabamos la aventura con las mismas partes repetidas hasta cinco veces y viendo que nos faltan un montón más que no les ha dado la gana de aparecer.

NOTA: 7

2 comentarios:

  1. Se, fue bastante decepcionante para la saga.
    Incluso ahora me hablan muy bien del Spirits Tracks pero no me apetece lo más mínimo. Quién lo iba a decir de un Zelda...

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  2. Ídem, supuso una decepción enorme para mí (le doy un 6,5 - 7). Eso sí, lo poco que he probado del ST pinta bastante mejor, pero aun así, lo sigo viendo lejos de lo que le pido a esta gran saga...a ver si con el próximo Zelda de Wii vuelven a darnos un juego majestuoso de grandísima calidad.

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